LA BASE DE LA SOBERANIA ALIMENTARIA.

Las semillas son mucho más que el inicio de una planta: son portadoras de historia, cultura, y diversidad genética. En el contexto actual de crisis ambiental y homogeneización de los cultivos, hablar de semillas y biodiversidad es fundamental para entender los desafíos y las posibilidades de un sistema alimentario justo, resiliente y sostenible.

En este artículo exploramos la importancia de conservar las semillas nativas y criollas, el papel de los bancos de semillas, y cómo la diversidad agrícola garantiza nuestra soberanía alimentaria y protege los ecosistemas.

¿Por qué las semillas son clave para la biodiversidad?

La biodiversidad agrícola —o agrobiodiversidad— hace referencia a la variedad genética presente en los cultivos, frutas, hortalizas y especies comestibles cultivadas a lo largo del tiempo. Esta diversidad permite la adaptación a distintas condiciones climáticas, suelos, y amenazas como plagas o enfermedades.

Cuando se pierde una semilla, se pierde una posibilidad de adaptación. La estandarización promovida por la agricultura industrial ha reducido drásticamente el número de especies y variedades cultivadas, afectando la biodiversidad alimentaria y la resiliencia del sistema.

La conservación de semillas nativas: un acto de resistencia

Las semillas nativas y criollas son aquellas que han sido seleccionadas, mejoradas y transmitidas por generaciones de agricultores y agricultoras. Conservan características únicas de adaptación a territorios específicos, y son fundamentales para mantener la diversidad genética de los cultivos.

Hoy existen múltiples proyectos de conservación de semillas que trabajan desde comunidades rurales, organizaciones agroecológicas y redes de guardianes de semillas. Estas iniciativas no solo protegen el material genético, sino que también resguardan saberes tradicionales, formas de cultivo y autonomía cultural.

Bancos de semillas: resguardar hoy para cultivar el mañana

Los bancos de semillas son espacios diseñados para almacenar, conservar y regenerar semillas de distintas especies y variedades. Pueden ser comunitarios, institucionales o internacionales. Un ejemplo emblemático es el Banco de Svalbard, en Noruega, que guarda duplicados de colecciones de semillas de todo el mundo.

En Argentina, diversas iniciativas promueven bancos locales de semillas, fomentando el intercambio entre productores y productoras, fortaleciendo la soberanía alimentaria desde lo comunitario.

Biodiversidad y soberanía alimentaria: una alianza vital

La pérdida de biodiversidad compromete la posibilidad de alimentarnos de forma saludable, culturalmente apropiada y sostenible. Sin diversidad genética no hay resiliencia frente al cambio climático ni capacidad de elección.

Recuperar, proteger y multiplicar nuestras semillas es una acción directa en defensa de la soberanía alimentaria: el derecho de los pueblos a decidir cómo se producen y consumen sus alimentos.

Cómo podés involucrarte

  • Participá en ferias e intercambios de semillas.
  • Cultivá variedades nativas en tu huerta.
  • Sumate a redes de guardianes de semillas.
  • Informate sobre proyectos locales de conservación.
  • Apoyá la agroecología como modelo productivo sostenible.

Hablar de semillas es hablar de futuro. La diversidad genética de los cultivos es esencial para enfrentar los desafíos globales y construir una agricultura más justa. Cada semilla conservada es una oportunidad de vida, de autonomía y de equilibrio con el entorno.

Te invitamos a reflexionar sobre el origen de tus alimentos, a reconectar con la tierra y a sumarte a la defensa de la biodiversidad cultivada.

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