BROTA

AGROECOLOGÍA, EXPERIENCIA Y TERRITORIO.
En esta primera entrega en nuestro ciclo de entrevistas de nuestra comunidad, conversamos con Mario Eduardo Monti, ingeniero agrónomo con más de cuatro décadas de trayectoria profesional. Desde sus inicios en una Argentina marcada por profundos cambios políticos y productivos, hasta su compromiso actual con los enfoques agroecológicos, Mario ha recorrido el camino del conocimiento técnico con una mirada crítica, sensible y profundamente humana.
En esta entrevista, comparte con Brota su experiencia, los desafíos de los sistemas agroindustriales, el rol clave de los suelos y la importancia de integrar saberes técnicos con tradiciones campesinas. Además, reflexiona sobre el papel de los pequeños productores, la urgencia de repensar los modelos productivos, y las oportunidades que ofrece la agroecología para construir un futuro sostenible y justo.
Una conversación lúcida, enriquecedora y necesaria para quienes creen que cultivar es más que producir alimentos: es sembrar vínculos, regenerar paisajes y transformar realidades.
Te invitamos a leer la entrevista completa y sumarte a la conversación.
¿Qué te motivó a estudiar agronomía y cómo fue tu primer acercamiento al mundo del cultivo?
Fue una elección que se me hace muy lejana, era 1975 cuando cursaba el último año de la educación secundaria y me decidí por Agronomía, por esa época mi abuelo era propietario de un pequeño establecimiento agropecuario y por ello tuve contacto con la vida rural, seguramente esto influyó en mi decisión.
Comencé la universidad el 26 de marzo de 1976, dos días después de la asunción de la junta militar que estableció un gobierno de facto, así que cuando ingresé ya estaba todo estaba blanqueado, se hablaba poco y por lo bajo, se miraba hacia los costados y para atrás con bastante desconfianza.
Mirando en retrospectiva me doy cuenta que fue una buena elección, la naturaleza me sensibiliza, y producir alimentos respetándola y colaborando con ella para lograr una sinergia positiva entre el hombre y el medio natural me motiva.
Me recibí de Ing. Agrónomo en 1981, y en esa época se produjo una revolución ya que los sistemas de producción pasaron de ser dominada por empresas familiares que desarrollaban su vida en el mismo campo, por lo general eran producciones agropastoriles, diversificados, incluyendo una pequeña chacra que les permitía satisfacer algunas necesidades básicas de alimentación a la actualidad, donde los campos se vaciaron de personas, se maximiza la superficie agrícola basada en insumos y tecnologías duras que tienden a uniformizar el paisaje rural y realizada por empresas. Así que se paso de un sistema productivo de cuasi subsistencia para mucha gente que vivía en el campo a uno de alta rentabilidad con criterios financieros para poca gente que ya no vivía en el campo.
Así que este cambio de paradigma produjo la necesidad de adaptar el ejercicio profesional, aunque, aquellos que pudimos ver el impacto negativo de los mismos intentamos generar propuestas productivas que mitiguen el impacto social y ambiental, esas propuestas hoy adoptan diferentes nombres, y Agroecología es uno de ellos, por lo general se comparten objetivos similares que es producir alimentos con alto valor biológico, de manera sostenible.
En tu experiencia, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrentan hoy los sistemas productivos tradicionales frente a los enfoques agroecológicos?
Los problemas que enfrenta los sistemas tradicionales de producción son la degradación y contaminación de los recursos naturales básicos como el suelo, el agua, y el aire. pérdida de biodiversidad, ruptura de los ciclos bio-genésicos (que es la forma que tiene la naturaleza de reciclar nutrientes) y la capacidad de auto-regulación.
Esta situación lleva a serios problemas como una menor adaptación a las fluctuaciones climáticas (inundación/sequia), aparición de malezas, plagas y enfermedades resistentes, mayor dependencia de tecnologías duras basadas en insumos (agroquímicos y fertilizantes) que lleva a un sistema más vulnerable, más dependiente, energéticamente más ineficiente y un producto de menor calidad biológica
A todo esto, se le debe sumar una mayor resistencia social por el tema de las pulverizaciones en los periurbanos. Así que hay mucho por trabajar en los sistemas productivos actuales que requieren de la comprensión del productor agropecuario y de quien administre el territorio porque, en definitiva el territorio es un espacio físico multifuncional en el que deben convivir los diferentes intereses.
¿Cómo definís la agroecología desde tu rol técnico y profesional? ¿Qué elementos crees que la diferencian estructuralmente de la agricultura convencional?
Podemos entender al sistema productivo tradicional como un sistema “comercial” en donde lo que se prioriza es la renta y trata de imitar un proceso “industrial” en búsqueda de eficiencia y productividad.
Así, el proceso se va segmentando y los actores se van especializando en cada una de las etapas, para satisfacer las demandas de cada uno de los eslabones el proceso productivo se estandariza y el paisaje se uniforma. El mercado, es decir los proveedores de insumos, el marketing y la demanda traccionan el sistema.
Las huertas agroecológicas son más artesanales, se basan en los principios de la naturaleza que automáticamente nos lleva a paisajes más bio-diversos, por lo general son emprendimientos pequeños a medianos, familiares y de pocos empleados, en donde se maximiza la economía circular de sus recursos, por lo general están cercanos a los centros de consumo o con venta directas desde el propio huerto, allí se usan poco o nada de los fitosanitarios de síntesis.
¿Podes contarnos sobre un proyecto o experiencia concreta donde se haya aplicado exitosamente un enfoque agroecológico? ¿Qué aprendizajes dejó?
Si bien hay muchos intentos de iniciar producciones agroecológicas no todas logran tener éxito, fundamentalmente porque están aisladas y si no hay un estímulo grupal que acompañe estas iniciativas suele suceder que se pierde el entusiasmo emprendedor de ¨hacer¨.
Este tipo de emprendimientos requiere de un trabajo en red para compartir experiencias, elementos, capacitación, promocionar sus productos, etc … dado que por lo general al ser pequeños la fortaleza derivará de la fortaleza del grupo, de todas maneras, exige de que el productor agroecológico este convencido de lo que hace, saber que existen soluciones dentro de la agroecología, que debe buscarla y que los pequeños fracasos son en definitiva una oportunidad para aprender, lo que no se puede “comprar” es el espíritu emprendedor, la motivación, el querer aprender y el tesón por hacer.
En nuestro país hay proyectos muy interesantes y exitosos tanto en lo individual como colectivo. Es muy difícil nombrar específicamente uno sin olvidarse de otro.
El INTA trabajo mucho en ese sentido con el programa Pro-Huerta y la promoción de la producción agroecológica, todo esto lamentablemente discontinuado en esta gestión de gobierno.
Hay una gran cantidad de ejemplos de agricultura y ganadería nativa en provincias periféricas de la Pampa Húmeda que con sus saberes ancestrales hacen agroecología sin saberlo y se constituyen por si mismos en modelos de producción sostenibles de alimentos.
He visto sistemas agrícolas extensivos que utilizan criterios agroecológicos con excelentes resultados en este sentido el mas estudié y visité fue uno que en realidad se instala como PRI (Pastoreo Rotativo Intensivo) o PRV (Pastoreo Racional Voisin) cuyos principios de funcionamiento se establecen en la Posguerra, en Francia, luego adaptada por el Profesor Pinhero Machado en Brasil e implementado en varios países. También hay emprendimientos que son certificables para acceder a los Bonos de Carbono y se los enmarcan en Agricultura regenerativa. De alguna manera todos utilizan principios agroecológicos y solo se diferencian en la denominación y en algunos objetivos que merecen una discusión tal vez epistemológica aparte.
Mi conclusión es que no es solo factible, sino que es necesario transitar un camino hacia sistemas de producción que armonicen con el ambiente, y la Agroecología tiene muchas respuestas para lograrlo.
Desde tu mirada profesional, ¿qué papel cumplen los suelos en la salud de los ecosistemas productivos? ¿Cómo evalúas su estado y trabajas en su regeneración?
El rol que cumplen los suelos es fundamental, dado que es una de las bases en la que se sustenta la naturaleza y la actividad productiva, de su salud depende lo que vamos a tener arriba.
El concepto de salud de los suelos es un concepto nuevo, el suelo no es un organismo en sí mismo, pero funciona como tal dado que es un sistema que está formado por diferentes partes que entre ellas establecen relaciones metabólicas haciendo que, tal como lo decía Aristóteles, ¨el todo sea más que la suma de las partes¨.
Desde allí diríamos que el suelo será más sano mientras mejor exprese sus propiedades (emergentes) como pueden ser la de sustentar una producción con alto valor biológico y de un modo sostenible, ser resilientes frente a estímulos como inundación, sequias, disturbios superficiales, contaminación, descomposición de residuos orgánicos, etc.
Las diferentes miradas existentes en la relación ser humano/naturaleza (válido para el suelo) pueden resumirse en tres arquetipos.
Por un lado, están los ambientalistas extremos donde el hombre es considerado como parte de la naturaleza y el derecho sobre ella está en un plano de igualdad con el resto de los seres vivos reduciendo al ser humano prácticamente a ser un recolector de los bienes naturales para poder subsistir y su principal objetivo es mantener inalterado los ecosistemas condicionando todo progreso humano.
En una posición opuesta están los optimistas tecnológicos que suponen que el hombre puede apropiarse de la naturaleza para su explotación y transformación irrestricta en capital económico, saben que ello ocasionará problemas, pero el dinero podrá favorecer el desarrollo científico-tecnológico que aportará las soluciones necesarias, de ese modo el progreso humano se acelerará y será infinito.
Y están los otros, los que entienden que el hombre depende de la naturaleza, que la debe cuidar porque de ella depende su subsistencia, por otro lado, también se reconoce un ser racional, inteligente, capaz de desarrollar tecnologías que le permiten ocupar y aprovechar espacios poco antes impensados, por lo tanto también aspira a disfrutar del progreso. Para ello, debe generar una relación dialéctica entre ambos donde el hombre interviene el medio natural para producir, mitigar, conservar, mejorar y la naturaleza lo devuelve con producción sustentable. La Agroecología es parte de esto último.
La conservación y regeneración de suelos está basado en promover la biodiversidad para lo cual es preferible las pluriactividades sobre la mono-cultura, tratando de cubrir toda la superficie y volumen del suelo y espacio aéreos intentado generar diferentes estratos que permiten aprovechar mejor el sol, el agua y nutrientes, Es fundamental acumular materia orgánica en el suelo y mantener la presencia de raíces vivas a lo largo del año, con el fin de promover la biodiversidad en el suelo y por supuesto evitar los productos de síntesis.
¿Qué estrategias recomiendas para el manejo ecológico de plagas sin recurrir a químicos de síntesis?
Hay que observar lo que se hace en los sistemas ¨agroindustriales¨, y comparar con lo que pasa en la naturaleza. En los primeros se trata de mantener en una superficie determinada con un solo cultivo, los insectos plagas al tener alimento se reproducirán rápidamente y sus enemigos naturales no están o tardaran demasiado tiempo en aparecer y por ende no alcanzarán a evitar que se produzca un daño y pérdida, algo similar ocurre con malezas y enfermedades, pero con características y dinámicas propias, para ello y por la necesidad de disminuir el daño se recurre al uso de productos químicos.
Con el control químico hay un agravante que es la aparición de individuos resistentes a esos productos, en muchos casos se producen resistencias cruzadas haciendo que no sea solo a un producto sino a aun grupo de productos obligando aumentar dosis o utilizar productos más potentes.
¿Qué hacen los sistemas agroecológicos?, tratan de imitar a la naturaleza en donde no “existe” una plaga y si la hay es porque hubo algún factor que rompió el equilibrio ecológico.
Por lo tanto para el control de plagas en un sistema agroecológico no se utiliza una estrategia única, sino que se debe generar un sistema que permita integrar adecuadamente una red de acciones, como por ejemplo sostener una rotación de cultivos, franjas que estimulen y alberguen una población de especies benéficas (corredores biológicos) que controlen los insectos plagas, el asoleamiento para controlar el banco de semillas, enfermedades e insectos del suelo, plantas aromáticas que actúen como repelentes, controlar la fertilidad de los suelos para tener una planta/animal bien nutrida/o, bio-preparados en base a lumbrina o purines que repelen o controlan plagas.
¿Cómo ves la articulación entre saberes técnicos, saberes populares y tradiciones campesinas en el trabajo territorial?
Es fundamental la integración de los conocimientos, hay muchos saberes ancestrales que perduran en el tiempo y son exitosos, que no lo sepamos explicar no significa que no sean ciertos o que no sirvan, sino que deben ser una invitación a investigar y comprender para poder transmitirlo en otros espacios.
Los conocimientos ancestrales que se trasmitían de generación en generación muchas veces son desplazados por las nuevas tecnologías, algunas de ellas muy innovadoras, pero no necesariamente sustentables, muy vinculadas al marketing y los intereses comerciales. Algunas de esas nuevas tecnologías son solamente adaptaciones de viejos conocimientos que son renombrados y vendidos como cuestiones novedosas.
Por ejemplo, los nativos americanos sabían del pastoreo rotativo, siembra directa, rotación de cultivos y de siembras asociadas muchos cientos de años antes del descubrimiento de América, los nativos amazónicos habían descubierto la importancia de la materia orgánica produciendo varias miles de hectáreas de “tierra preta”- que hoy son buscadas y codiciadas por lo agricultores aunque teniendo mas medios tecnológicos y científicos no saben cómo hacerlas, más aún, si lo supieran es probable que digan que no es rentable hacerla. Todo esto está vinculado con una forma de percibir el cómo, el para qué y porque intervenimos en el medio natural, con la valoración del tiempo y la necesidad de transformar la naturaleza para acumular capital económico (bienes) lo más rápido que se pueda.
El desarrollo científico y tecnológico orientado a la Agroecología es muy importante porque permitiría comprender el funcionamiento del sistema productivo/naturaleza y encontrar las mejores formas de hacerlo.
¿Qué rol tienen los pequeños productores y las huertas familiares en la transformación del sistema alimentario?
En la década de los ’70 Alvin Toffler escribió un libro llamado “La Tercera Ola”, en la que describía las diferentes etapas del desarrollo de las sociedades. En la tercera ola se iba a basar en la información, el conocimiento, la tecnología, producción descentralizada, nuevas formas de familia, integración en redes, etc. Ese futuro que imaginaba Toffler, es nuestro actual presente.
Toffler también avizoraba la aparición de un nuevo actor social, el “prosumidor”, que son individuos que combinan roles de productor y consumidor, participando activamente en la creación de bienes y servicios para sí mismos o para compartir dentro de una comunidad.
Desde allí podemos ver que un pequeño productor o una huerta familiar más allá de buscar una mejora para su economía doméstica o la necesidad de producir y consumir alimentos frescos de alto valor nutricional, tiene un rol propio de una sociedad que evoluciona y se adapta a nuevas condiciones socio-económicas y laborales.
Por otra parte, en una sociedad cada vez más urbanizada y con espacios reducidos, tener en el periurbano una red de productores de alimentos que puedan abastecer de productos frescos o con ciertos procesamientos artesanales como dulces y conservas permitirían que las ciudades sean algo más, sustentables.
¿Qué oportunidades ves hoy en Argentina (y en la región) para ampliar la agroecología desde la política pública o la educación técnica?
Todas, de echo que hubo muchos intentos para promoverlos, pero no se pudo romper la lógica productiva y de consumo de la sociedad.
La Agroecología como tal recibe muchas críticas del sector agroindustrial, que hace que el productor no lo vea como una alternativa, por otro lado, es el consumidor/ciudadano el que debería elegir al producto agroecológico sobre el otro, sin embargo, por una cuestión u otra generalmente vinculada a la comodidad o influencia del márketing no lo hace masivamente. Por lo tanto, el consumo de productos agroecológicos se mantiene en nichos.
Por otra parte, pensemos que un producto comestible que se compra en un supermercado, la materia prima (el nutriente) no supera el 5 % del valor final del producto, todo lo otro son los sustitutos, aditivos, conservantes, envoltorios, fletes, seguros, impuestos, manipuleo, intereses al capital inmovilizado, marketing y ganancias en cada paso intermedio, todo eso podría evitar produciendo en el periurbano o en su propio hogar que implicaría un gran ahorro en el precio del producto, en energía consumida durante todo el proceso y, en contaminación y generación de basura.
La actual lógica económica debe ser rota por el consumidor reorientando sus preferencias, también en el productor agroecológico mejorando su oferta (calidad, cantidad, diversidad y precio) y ahí si el Estado facilitando el proceso, los cambios sociales exitosos provienen desde abajo y no a la inversa.
¿Qué mensaje le darías a jóvenes que hoy están comenzando sus estudios en agronomía y quieren orientar su camino hacia la agroecología?
La agroecología está ahí, esperando por los productores y consumidores, sabiendo que nos puede proveer de todos los alimentos necesrios en armonía con la naturaleza.
Hay mucha gente que la hace sin saber que la hace, hay mucha gente que le cambia el nombre para poder vender su propia marca, y hay gente que trabaja, estudia, desarrolla conocimiento y comparte. Entre estos últimos el Ing. Agrónomo juega un rol fundamental porque a lo largo de la carrera ven todas y cada una de las materias necesaria, solo falta integrarlas y darle un sentido.
Que no se olviden lo que soñaban cuando eran estudiantes, que no dejen creer que un mundo mejor es posible y que forman parte del grupo de personas que se necesitan para construirlo.