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Aunque suele pensarse que los agrotóxicos afectan solo a zonas rurales, diversos estudios recientes demuestran su presencia también en áreas urbanas, escuelas, barrios y espacios públicos. Esta contaminación silenciosa —producto de fumigaciones cercanas, deriva aérea y acumulación en el ambiente— representa una amenaza real para la salud y el ecosistema urbano. En este artículo, exploramos los hallazgos más relevantes de investigaciones territoriales en Argentina y América Latina, y reflexionamos sobre la necesidad urgente de transicionar hacia modelos agroecológicos.
¿Qué son los agroquímicos y cómo llegan a zonas urbanas?
Los agroquímicos —también llamados agrotóxicos— son sustancias químicas utilizadas para el control de plagas, malezas o enfermedades en cultivos. Incluyen herbicidas, insecticidas, fungicidas y fertilizantes sintéticos, muchos de ellos con comprobados efectos nocivos para la salud humana y ambiental.
Aunque su aplicación se realiza principalmente en áreas agrícolas, estos productos pueden alcanzar zonas urbanas mediante:
- Deriva aérea: partículas arrastradas por el viento durante o después de las fumigaciones.
- Escorrentía superficial: transporte por lluvias hacia cursos de agua que cruzan pueblos y ciudades.
- Contaminación del aire y el polvo: presencia de residuos en partículas en suspensión.
- Alimentos y agua contaminada: ingreso indirecto por consumo de productos tratados con agrotóxicos.
Casos recientes y evidencia científica
1. Estudio del INTA en Exaltación de la Cruz (Buenos Aires, 2024)
Detectó residuos de glifosato y otros agrotóxicos en el polvo urbano, a pesar de encontrarse a más de 300 metros de la zona de fumigación. El estudio fue clave para visibilizar los riesgos de exposición crónica incluso en zonas urbanizadas.
2. Investigaciones en Pergamino y General Pueyrredón (Buenos Aires)
Se encontraron rastros de herbicidas en muestras de agua potable, lluvia y orina de niños. La Justicia ordenó medidas restrictivas en zonas cercanas a viviendas, escuelas y centros de salud.
3. Estudios en Montevideo y Santa Fe
Revelaron la presencia de plaguicidas en barrios periféricos, especialmente en asentamientos cercanos a zonas agrícolas intensivas. Se registraron síntomas compatibles con intoxicación crónica y alteraciones endocrinas.
Impactos sobre la salud y el ambiente
Diversos organismos científicos y sanitarios advierten sobre los efectos de la exposición a bajas dosis de agrotóxicos de manera continua, especialmente en niños, personas gestantes y adultos mayores.
Riesgos sanitarios:
- Trastornos respiratorios, neurológicos y hormonales
- Problemas reproductivos y alteraciones genéticas
- Mayor riesgo de cáncer
- Impacto en el desarrollo cognitivo infantil
Impactos ambientales:
- Contaminación de suelos, cursos de agua y aire
- Pérdida de biodiversidad urbana
- Afectación de polinizadores y fauna silvestre
- Degradación de la calidad de vida en barrios periféricos
Agroecología como respuesta territorial
Frente a este modelo tóxico, la agroecología ofrece alternativas concretas, viables y sustentables:
- Producción sin agrotóxicos en cinturones verdes urbanos y periurbanos
- Huertas comunitarias y educativas como espacios de salud ambiental
- Monitoreos participativos y ciencia ciudadana para visibilizar la contaminación
- Incidencia política por normativas de restricción y protección sanitaria
- Vinculación entre consumo consciente y producción responsable
Los estudios territoriales confirman lo que muchas comunidades denuncian hace años: los agroquímicos no se detienen en el límite del campo. Su presencia en zonas urbanas exige una respuesta colectiva que ponga en el centro el derecho a la salud, el ambiente y la soberanía alimentaria. La agroecología no es solo una alternativa: es una necesidad urgente.