BROTA

CÓMO COMPOSTAR EN INVIERNO SIN DETENER EL CICLO.
El invierno trae temperaturas más bajas, menor actividad biológica y una tendencia general a la ralentización de procesos. Sin embargo, el compostaje no se detiene. A través del llamado compostaje en frío, es posible continuar transformando residuos orgánicos en abono, aun cuando las condiciones no sean óptimas para la fermentación termofílica.
¿Qué es el compostaje en frío?
A diferencia del compostaje en caliente —que ocurre rápidamente y genera temperaturas superiores a 50 °C—, el compostaje en frío es un proceso más lento, que no alcanza temperaturas elevadas y depende principalmente de microorganismos mesófilos, lombrices, insectos y hongos descomponedores.
Este tipo de compostaje es ideal para los meses fríos, especialmente en regiones con inviernos largos o climas templados con heladas frecuentes.
Ventajas del compostaje en invierno
- Permite dar continuidad al manejo de residuos sin interrupciones.
- Se puede realizar con los mismos materiales que en verano.
- Reduce olores, presencia de moscas y lixiviados, por la menor descomposición anaeróbica.
- Mejora la estructura del compost final, con menos compactación y más equilibrio entre materiales.
Qué materiales usar
Durante el invierno, es fundamental mantener la relación carbono/nitrógeno (C/N) y evitar que el compost se enfríe demasiado o se sature de humedad.
Residuos ricos en nitrógeno (verdes):
- Restos de frutas y verduras
- Yerba usada
- Césped recién cortado
- Estiércol fresco de animales herbívoros
Residuos ricos en carbono (secos):
- Hojas secas
- Viruta o aserrín sin tratar
- Cáscaras secas de huevo
- Cartón y papel en trozos
Consejos clave para compostar en frío
- Reducí el tamaño de los residuos: trozar o rallar los restos acelera la descomposición.
- Aislá el compost del suelo helado: usá una base de ramas o maderas para evitar contacto directo con el frío.
- Mantené la humedad óptima: el compost no debe estar ni seco ni empapado (como una esponja escurrida).
- Tapá bien el compost: cubrilo con manta, cartón o una tapa para conservar el calor interno.
- No revolver en exceso: en invierno, la actividad microbiana es lenta. Evitá perder el calor acumulado innecesariamente.
- Aprovechá lombrices si tenés vermicompostera: las lombrices trabajan muy bien en compostaje frío si están protegidas del hielo.
Compost en frío no significa compost inactivo
Aunque el proceso es más lento, la transformación ocurre igual. Si compostás durante el invierno, para primavera vas a tener un material en descomposición avanzada que podrá ser tamizado y utilizado como mejorador de suelos, cobertura o fertilizante suave.
El compostaje en frío es una práctica agroecológica fundamental para cerrar el ciclo de nutrientes en la huerta durante todo el año. Implica adaptarse al ritmo de la estación, cuidar los materiales, y confiar en los procesos naturales, incluso cuando parecen dormidos. Compostar en invierno es también cultivar suelo.