COMO CONSERVAR SEMILLAS NATIVAS.

TÉCNICAS SENCILLAS PARA PRESERVAR LA BIODIVERSIDAD.

Las semillas son mucho más que el inicio de una planta: guardan historia, diversidad, cultura y futuro. Conservar semillas nativas no solo es un acto de soberanía alimentaria, también es una forma concreta de proteger los ecosistemas y mantener vivas prácticas agrícolas ancestrales. En este artículo te contamos cómo conservar semillas nativas en casa, con técnicas accesibles, seguras y respetuosas con su naturaleza.

¿Qué son las semillas nativas y por qué conservarlas?

Las semillas nativas son aquellas que han evolucionado en una región específica durante generaciones, adaptándose a su suelo, clima y biodiversidad. A diferencia de las semillas híbridas o modificadas, las nativas mantienen la capacidad de reproducirse naturalmente.

Conservarlas es importante porque:

  • Mantienen la diversidad genética de los cultivos.
  • Resisten mejor las condiciones climáticas locales.
  • No dependen de insumos químicos ni paquetes tecnológicos.
  • Preservan saberes tradicionales ligados a la agricultura familiar y campesina.

¿Cómo conservar semillas nativas en casa?

Para asegurar una buena conservación, es fundamental elegir bien, secar correctamente y almacenar con cuidado. A continuación, te explicamos paso a paso cómo hacerlo:

1. Selección de semillas

El primer paso es observar tus cultivos y elegir las plantas más sanas, vigorosas y adaptadas.

  • Recolectá semillas solo de plantas bien desarrolladas.
  • Evitá aquellas que hayan sido afectadas por plagas o enfermedades.
  • En lo posible, seleccioná de más de una planta para mantener la diversidad genética.

2. Limpieza y secado

Una vez recolectadas, es clave que las semillas estén limpias y bien secas antes de guardarlas.

¿Cómo limpiar las semillas?

  • Retirá restos de pulpa, cáscaras o partes vegetales.
  • Para semillas húmedas (como tomate o zapallo), lavalas y dejalas secar sobre papel absorbente.

¿Cómo secarlas correctamente?

  • Extendelas en una superficie seca y a la sombra, sin sol directo.
  • Revolvelas cada tanto para evitar hongos.
  • El tiempo de secado varía según el tipo, pero en general es de 5 a 15 días.

Tip: una semilla bien seca al apretarla no se deforma ni se marca con la uña.

3. Almacenamiento seguro

El entorno ideal para conservar semillas es seco, fresco y oscuro. Algunas recomendaciones:

  • Usá frascos de vidrio, sobres de papel o bolsas herméticas bien etiquetadas.
  • Guardalas en lugares sin humedad ni luz directa (puede ser una alacena, estantería cerrada o caja).
  • Identificá cada lote: nombre de la especie, variedad, fecha y lugar de recolección.

Consejo agroecológico: revisá las semillas cada tres meses para asegurarte de que no haya insectos ni hongos.

¿Cuánto tiempo se pueden conservar?

Depende de la especie. Algunas semillas como las de tomate o maíz pueden conservar su viabilidad entre 3 y 5 años si están bien almacenadas. Otras, como las de lechuga o cebolla, conviene renovarlas cada 1 o 2 años.

Conservación comunitaria: una práctica que se multiplica

Además de conservar en casa, podés compartir tus semillas en redes comunitarias:

  • Intercambios o ferias de semillas
  • Bancos o redes de custodios de semillas nativas y criollas
  • Espacios educativos, escuelas, viveros o huertas urbanas

Las semillas son un bien común: cuando circulan, se fortalecen.

Conservar es también cultivar futuro

Saber cómo conservar semillas nativas es una herramienta poderosa para recuperar autonomía, proteger la biodiversidad y cultivar alimentos adaptados a tu entorno. Desde Brota, creemos que cada semilla guardada es una promesa viva de regeneración.

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