COMO COMBATIR PLAGAS.

EN UNA HUERTA ORGANICA.

Cultivar una huerta orgánica es una experiencia rica y transformadora. Pero no está exenta de desafíos: uno de los más comunes —y a veces desalentadores— son las plagas. Cuando vemos hojas mordidas, brotes marchitos o insectos no deseados, es natural preocuparse. Sin embargo, en una huerta orgánica, el enfoque es distinto: se trata de prevenir, observar y actuar en equilibrio con la naturaleza, sin recurrir a químicos que dañen el ecosistema.

En este artículo te explicamos qué son las plagas, cómo reconocerlas, y qué estrategias naturales podés aplicar para proteger tu huerta de manera efectiva y respetuosa.

¿Qué son las plagas? ¿Cómo se clasifican?

En términos agroecológicos, una plaga es cualquier organismo que, en ciertas condiciones, se reproduce de manera descontrolada y causa daños importantes a los cultivos. No todos los insectos son plaga, ni todas las plagas aparecen todo el tiempo: muchas veces, su presencia responde a desequilibrios en el ambiente.

Clasificación común de plagas en huertas:

  • Insectos masticadores: orugas, escarabajos, gusanos que comen hojas y tallos.
  • Insectos chupadores: pulgones, cochinillas, mosca blanca, que succionan savia.
  • Ácaros: como la arañuela roja, que provoca manchas y debilitamiento.
  • Plagas del suelo: nematodos, gusanos blancos, larvas de escarabajo.
  • Plagas ocasionales: caracoles, babosas, aves, hormigas.

¿Cómo combatir plagas en una huerta orgánica?

En lugar de exterminar todo, el manejo agroecológico busca restaurar el equilibrio. Estas son sus claves:

1. Prevención: la base del control natural

Una huerta sana es menos propensa a sufrir ataques.
Estrategias preventivas:

  • Rotación de cultivos: evitar repetir el mismo cultivo en el mismo lugar.
  • Asociación de plantas: combinar especies que se protegen mutuamente (ej. tomate + albahaca).
  • Diversidad de especies: cuanto más variado, menos probable que una plaga se instale.
  • Cobertura del suelo: evita la proliferación de insectos y protege la microbiología.
  • Riego equilibrado: ni exceso ni falta, para no debilitar las plantas.

2. Observación: detectar a tiempo

Dedicar unos minutos diarios a revisar hojas (cara superior e inferior), tallos y flores permite actuar antes de que el problema avance.

Señales de alerta:

  • Hojas con puntos amarillos o negros
  • Bordes mordidos
  • Telas finas (indican ácaros)
  • Presencia visible de insectos
  • Marchitez sin causa aparente

3. Control natural: actuar sin venenos

Preparados caseros eficaces:

  • Infusión de ajo y ají picante: potente repelente.
    1 cabeza de ajo + 2 ajíes + 1 litro de agua, dejar reposar 24 h y pulverizar.
  • Jabón potásico (biodegradable): elimina cochinillas, pulgones y mosca blanca.
    Diluir 1 cucharada en 1 litro de agua y aplicar.
  • Extracto de ortiga: fortificante y repelente.
    Macerar ortiga en agua durante 3 días, colar y aplicar.
  • Trampas cromáticas: carteles amarillos con pegamento para atraer insectos voladores.
  • Tierra de diatomeas: polvo natural que elimina plagas de cuerpo blando al contacto.

4. Fomentar aliados naturales

Una huerta rica en biodiversidad atrae insectos benéficos y predadores naturales de plagas.

Aliados clave:

  • Mariquitas: devoran pulgones.
  • Abejas y sírfidos: polinizan y controlan insectos.
  • Ranas y sapos: comen babosas, hormigas, moscas.
  • Aves insectívoras: podés atraerlas con comederos o agua.

Plantar flores como caléndula, cosmos, hinojo o lavanda también ayuda a atraer estos aliados.

5. Reposición y descanso del suelo

Cuando un cultivo fue muy afectado, lo mejor es cosechar lo que se pueda, dejar descansar ese sector y reponer nutrientes con compost o abonos verdes. A veces, regenerar es más valioso que insistir.

Las plagas no son enemigos, son señales. Nos muestran desequilibrios, nos invitan a observar mejor y a relacionarnos con nuestra huerta desde otro lugar: más atento, más respetuoso, más consciente.

En la huerta orgánica, cada problema es también una oportunidad para aprender. Combatir plagas naturalmente es posible, pero sobre todo es deseable: porque implica cuidar la salud del suelo, la vida de nuestros cultivos y nuestro propio bienestar.

¿Ya identificaste alguna plaga en tu huerta?
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