BROTA

ESTRATEGIA CLAVE PARA UNA HUERTA AGROECOLÓGICA SALUDABLE.
La salud de una huerta agroecológica no depende solo de lo que cultivamos, sino también de cómo lo cultivamos. La asociación y la rotación de cultivos son dos prácticas fundamentales que permiten prevenir plagas y enfermedades, mejorar la fertilidad del suelo y favorecer el equilibrio ecológico sin necesidad de agrotóxicos. En este artículo, exploramos en detalle qué son, cómo se aplican y por qué son esenciales para quienes buscan cultivar de manera sustentable.
¿Qué es la asociación de cultivos?
La asociación de cultivos consiste en cultivar distintas especies vegetales en un mismo espacio al mismo tiempo, de manera que se beneficien mutuamente. Esta práctica imita la diversidad de los ecosistemas naturales y favorece múltiples procesos agroecológicos.
Beneficios de asociar cultivos:
- Control natural de plagas: algunas plantas repelen insectos o atraen enemigos naturales de las plagas.
- Mejora del aprovechamiento del espacio: combina cultivos de diferentes portes, raíces o tiempos de crecimiento.
- Fertilización natural: leguminosas, por ejemplo, fijan nitrógeno en el suelo beneficiando a otras especies.
Ejemplos comunes:
- Maíz + poroto + zapallo (inspirado en el sistema de “las tres hermanas” mesoamericano).
- Lechuga + zanahoria + puerro: combina especies de ciclos distintos y portes variados.
- Tomate + albahaca + caléndula: estimula el crecimiento del tomate y repele plagas.
¿Qué es la rotación de cultivos?
La rotación consiste en alternar los cultivos en el mismo lugar en distintas temporadas o ciclos, evitando repetir una misma especie o familia botánica consecutivamente.
Beneficios de rotar cultivos:
- Prevención de enfermedades del suelo: muchas enfermedades son específicas de familia o especie.
- Control de plagas persistentes: se interrumpe su ciclo biológico.
- Conservación y mejora de la fertilidad del suelo: cada cultivo tiene diferentes requerimientos y aportes.
Ejemplo de rotación simple por familias:
- Año 1: Leguminosas (habas, arvejas)
- Año 2: Solanáceas (tomate, pimiento)
- Año 3: Crucíferas (repollo, rabanito)
- Año 4: Asteráceas (lechuga, escarola)
Al finalizar el ciclo, puede iniciarse nuevamente, o integrarse con abonos verdes o barbechos.
Asociación y rotación: ¿cómo combinarlas?
Ambas estrategias pueden aplicarse de forma complementaria. En una misma temporada, podemos hacer asociaciones compatibles y, entre temporadas, rotar los grupos principales de cultivos.
Consejos para planificar:
- Dividí tu huerta en cuadros o sectores para facilitar la rotación.
- Agrupá por familias botánicas para simplificar la planificación.
- Tené en cuenta el porte y ciclo de las plantas para lograr asociaciones eficientes.
- Incorporá plantas aromáticas o flores como repelentes naturales o atrayentes de polinizadores.
La asociación y la rotación de cultivos no solo optimizan el uso del espacio y los nutrientes, sino que fortalecen la salud del ecosistema hortícola. Son herramientas clave en cualquier estrategia de producción agroecológica, accesibles tanto para huertas familiares como comunitarias. Aplicarlas es dar un paso más hacia una agricultura viva, resiliente y sustentable.