AGROBIODIVERSIDAD

CLAVE PARA UNA AGRICULTURA RESILIENTE, DIVERSA Y SOSTENIBLE.

La agrobiodiversidad, o biodiversidad agrícola, es un componente esencial de los sistemas alimentarios sostenibles. Abarca la variedad de cultivos, especies animales, microorganismos y ecosistemas relacionados con la producción de alimentos. En contextos de cambio climático, degradación del suelo y pérdida de especies, la agrobiodiversidad se presenta como una estrategia de adaptación, regeneración y soberanía. En este artículo técnico-educativo, explicamos qué es, cómo se mide, por qué es importante y cómo se puede promover desde prácticas agroecológicas.

¿Qué es la agrobiodiversidad?

La agrobiodiversidad incluye toda la diversidad biológica utilizada directa o indirectamente para la agricultura y la alimentación. Comprende:

Además, la agrobiodiversidad no es solo biológica: también incorpora saberes, técnicas y culturas agrícolas asociadas a la gestión de estos recursos.

Funciones ecológicas de la agrobiodiversidad

Una alta diversidad en los sistemas agroproductivos ofrece múltiples beneficios:

  • Regulación de plagas y enfermedades mediante enemigos naturales.
  • Mejora de la fertilidad del suelo gracias a cultivos complementarios.
  • Optimización del uso del agua y nutrientes.
  • Resiliencia frente a eventos extremos (heladas, sequías, olas de calor).
  • Conservación de polinizadores y microbiota del suelo.

La agrobiodiversidad es fundamental para mantener la funcionalidad y estabilidad de los agroecosistemas.

Agrobiodiversidad y seguridad alimentaria

La erosión genética y la homogeneización de los cultivos ponen en riesgo la base alimentaria mundial. Promover la agrobiodiversidad:

  • Aumenta la disponibilidad de alimentos variados y nutritivos.
  • Reduce la dependencia de agroinsumos externos.
  • Fortalece la soberanía alimentaria local, al permitir que comunidades definan qué, cómo y con qué semillas cultivar.

En sistemas agroecológicos, la diversidad cultivada cumple una función estratégica: protege los cultivos, diversifica la dieta y favorece la autosuficiencia.

¿Cómo promover la agrobiodiversidad?

Desde la práctica, existen múltiples estrategias para fomentar la biodiversidad agrícola:

1. Uso de semillas nativas y criollas

Seleccionadas y adaptadas por generaciones, son más resilientes a las condiciones locales y permiten conservar variabilidad genética.

2. Diseño de policultivos y asociaciones

El cultivo simultáneo de diferentes especies en un mismo espacio imita patrones naturales y mejora la productividad sin depender de insumos químicos.

3. Rotación de cultivos y diversificación temporal

Evita el agotamiento del suelo y rompe ciclos de plagas.

4. Conservación in situ y bancos comunitarios

Permite que las semillas evolucionen en su entorno y se mantengan disponibles para futuras siembras.

5. Educación y transmisión de saberes

La agrobiodiversidad es también conocimiento: promover su valoración requiere procesos de formación y diálogo de saberes.

Ejemplos concretos en América Latina

  • Milpas mesoamericanas: sistemas de maíz, poroto y zapallo que integran diversidad y cultura.
  • Huertas agroecológicas urbanas: espacios donde se rescatan variedades locales y se construyen redes de intercambio.
  • Chacras andinas: policultivos en terrazas que combinan altitud, diversidad y técnicas ancestrales.

La agrobiodiversidad no es una opción: es una necesidad frente a los límites ecológicos del modelo agroindustrial. Sostenerla implica prácticas agrícolas regenerativas, acceso libre a semillas y reconocimiento del rol de campesinos, indígenas y agricultores familiares como custodios de la biodiversidad cultivada.

¿Te interesa profundizar en prácticas agroecológicas que fomenten la agrobiodiversidad?
En Brota compartimos herramientas técnicas, guías de cultivo y propuestas formativas para fortalecer sistemas diversos, resilientes y en armonía con la tierra.

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